En el Antiguo Régimen era habitual que en el ordenamiento jurídico de un territorio, las normas fueran complementadas con la experiencia judicial y doctrinal obtenida de su aplicación. En Bizkaia se desarrolló y formuló con claridad el Fuero, y fue creciendo la experiencia derivada de la práctica en tribunales, debates y conflictos políticos y jurisdiccionales. Los operadores jurídicos que recogieron esa labor se ocuparon de reunir un amplio conjunto de textos, a modo de dictámenes, resoluciones adoptadas por Juntas y Regimientos y expedientes formados en el ejercicio de la concesión del uso. Esta experiencia se recogió finalmente en un amplio texto, el Escudo de la más constante fe y lealtad.