Los rascacielos tienen memoria refleja la experiencia del autor durante los cinco años (desde 1957 a 1962) que estuvo destinado en Nueva York en el Consulado de España. Javier Villacieros fue espectador y actor de excepción de episodios tan significativos como la victoria de Kennedy a la presidencia de EE.UU; la primera visita oficial de don Juan Carlos de Borbón y su padre -el Conde de Barcelona- a Washington o del desembarco en Bahía de Cochinos de tropas de cubanos exiliados. Por este convulso Nueva York desfilaron protagonistas anónimos, y no tan anónimos (Lequerica, Chillida, Areilza, Tapies, Ramón Castroviejo, etc.) que el autor conoció y que hoy nos describe con abundantes detalles y de un modo ameno y profundo. Villacieros nos ofrece no sólo el acercamiento a La Gran Manzana de los años sesenta, sino el retrato político y social de una época desde el privilegiado punto de vista del mundo diplomático. Los rascacielos tienen memoria recupera hechos y personajes forjadores de la historia de nuestro país que han permanecido escondidos en el recuerdo del autor y que ahora desea entregar al lector como homenaje y legado.