Lobo Gris se ha despertado de un extraordinario buen humor y comienza la mañana dispuesto a cazar ya que tiene mucha hambre. Una a una, va localizando distintas víctimas que podrían servirle como comida, sin embargo, también una a una consiguen engañar al lobo que sale de cada encuentro más magullado. Al acabar del día, Lobo Gris se da cuenta de que algunos días, aunque parezca que van a ser extraordinarios, más valdría no salir de casa. En un segundo nivel de lectura, la ilustración muestra en cada página a un conejo (víctima más asequible de ese lobo hambriento) que se ve libre de principio a fin de las perversas intenciones del lobo protagonista.