¿Qué es lo contrario de mirar? Múltiples y contradictorias respuestas a esta pregunta en los catorce relatos que conforman este libro y que dinamitan estereotipos. Su estilo, ingenioso y valiente, sensual y melancólico, se articula a partir de una libertad formal que nos desarma por la precisión de una frase, la obsesión por cada detalle insignificante, el erotismo deslenguado que rezuma y el cuestionamiento de la masculinidad canónica y de todos sus tópicos. Por Lo contrario de mirar desfilan personajes amurallados, narcisistas, iracundos, suicidas, enamorados del amor romántico, neuróticos, pretenciosos y tristes. El libro bascula entre un análisis socio-político inclemente y el detenimiento, a ratos poético a ratos crudo, en los espacios y las vidas de seres anodinos.