El reconocido entrevistador Aldo M. Valli se topa con el P. Raniero Cantalamessa con todas sus ventanas de mente y corazón abiertas de par en par, dispuestos ambos a protagonizar un alarde de comunicación. El mismo que relatan estas páginas. Como predicador de la Casa Pontificia, el P. Raniero ha dirigido sus meditaciones a tres papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, siempre atravesando fases muy decisivas de la Iglesia reciente. En este coloquio abierto, el protagonista no tiene reparo en reconocer dudas y hasta equivocaciones; así como también sus aciertos al describir y conectar con los mejores maestros del pensamiento actual. Confiesa, sobre todo, que lo que más le ha agradado siempre es su dedicación a la Palabra de Dios y el amor a Jesucristo, en cuya transmisión ha puesto todo su empeño. Yo no he hecho en mi vida otra cosa dice con cierto pudor que llevar el agua de la Palabra de Dios. Acerquémonos a beber, leyendo estas páginas.
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