Marmitako nos explica las vivencias de don Jacinto, un hombre ansioso por dedicarse a la política, atrapado en su circo farisaico por su ambición y por la obsesión de proteger su armario secreto para conseguir una anhelada meta. Para evitar que se descubra su escondite entra en escena Gustavo, un detective que tiene la misión de hallar el misterioso enigma antes que la oposición lo desvele. El detective se implica con tanta tenacidad que su identidad se entrelaza con la de su cliente, experimentando así las emociones y pasiones de este, mientras los dos personajes navegan entre acontecimientos inesperados siempre acompañados por el eco del pasado. Marmitako habla de las apariencias, de la doble moral, de esa fina línea
Y toda la historia huele a mar, un trasfondo que viste a los personajes de miedos, inseguridades pero a la vez engalanados por atisbos de amor que evolucionan durante el relato.