El viaje es, en todas sus dimensiones, generador de intercambio, ya sea éste de índole económica, política o social, actuando, igualmente, como transmisor cultural y responsable de las proyecciones que de una región o monumento se realizan en los países de origen de los viajeros. A partir de este postulado básico, y empleando el viaje como motor de esta obra, planteamos el proceso de creación de la Alhambra en el imaginario decimonónico británico, imágenes que marcarán a varias generaciones y perdurarán en el tiempo hasta nuestros días. La realidad percibida por estos viajeros en ciertas áreas se extrapolaba a Andalucía o a España en su conjunto, comenzado a conformarse así la encarnación ideal de un sueño que habitaba en la memoria colectiva británica. El arte no es ajeno a esta influencia; el romanticismo anglosajón, modelo de revolución cultural europea, así como la propia revolución industrial, tendrán que ver, y mucho, en el modo en el que se recibe, percibe y transforma la Alhambra en tierras británicas. Queremos mostrar la interrelación entre estos dos fenómenos empleando la teoría de la traducción como metáfora de construcción de la idea de Alhambra. Se ha escogido la figura del arquitecto Matthew Digby Wyatt como ejemplo simbólico de ambos fenómenos, el del viaje y el alhambrismo, y dentro de su amplia obra se ha elegido como caso de estudio la Moorish Billiard Room del 12 de Kensington Palace Gardens. Dicha estancia encarna el momento cumbre de la interrelación entre el viaje decimonónico y la reinterpretación de la Alhambra, un fenómeno que abarca algo más de un siglo y que se movió entre la realidad de las estructuras arquitectónicas y la ensoñación de la fantasía oriental.