América es un continente nuevo, repleto de tierras vírgenes que poseen enormes riquezas por descubrir. Pero no hay que llevarse a engaño, pues entre los bosques y en los lugares más recónditos de las montañas aparecen los restos de civilizaciones milenarias que leían su destino en las estrellas y que desaparecieron como habían venido, misteriosamente. Sus herederos habitaban las ruinas de estas poderosas culturas cuando llegaron los conquistadores, y, con ellos, una nueva religión que sembró el continente de lugares a los que acuden en peregrinación millones de personas. Entre lo viejo y lo nuevo, América posee más belleza que ningún otro lugar en el mundo y, sus habitantes, pasión por una tierra que se ama y se apodera del alma.