Empezamos esta revisión de los 25 años dedicados a la museografía, precisamente con la investigación, como no podía ser de otra forma, ya que es la base sobre la que se sustenta todo el proyecto tanto en su faceta docente teórica como en la experimental. El título lo dice todo, Del templo al laboratorio; ese ha sido el gran cambio de actitud con respecto a mis comienzos a mediados de los años 80: ya no entro en un museo, en una iglesia o en un casco histórico de una ciudad con esa veneración que incluso se convertía en sumisión; ahora lo hago con una cierta indiferencia, como el investigador que día a día manipula sus matraces y pipetas y mira a través del microscopio. ¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? La respuesta es precisamente este libro en donde, paso a paso, se describe el proceso en cinco capítulos que se corresponden con los cinco periodos cronológicos transcurridos hasta el momento en el desarrollo del trabajo. Todas las reflexiones y controversias que sobre el patrimonio y su forma de enseñarlo se han planteado en estas últimas décadas aquí quedan reflejadas. He querido que me acompañaran otros profesionales nacionales e internacionales tanto de las distintas especialidades implicadas, como de diversas instituciones, universidades, museos y asociaciones culturales. Están aquí por su seriedad y calidad, no por ningún tipo de similitud ideológica; somos compañeros de viaje, pero cada uno dirige su propio vehículo y aunque tengo la seguridad de que todos respetan mi trabajo, solo algunos lo comparten sin fisuras, otros con reservas y el resto con críticas sumamente acertadas, que agradezco por la inquietud añadida que me provocan. Tenga pues certeza el lector de que va a encontrar suficientes motivos para la reflexión.