Convencida de que la mejor forma de comunicar algo es a través de la emoción, para escribir sobre la nieve y sus metáforas Menchu Gutiérrez se ayuda de su propia experiencia y de la de otros escritores y poetas para quienes la nieve no es o ha sido un mero escenario literario, sino materia misma de la escritura. Cargada de profundos simbolismos, la fascinación producida por su belleza es universal; sin embargo, la nieve actúa como espejo de quien la contempla y, así, puede mostrarse benéfica y maléfica a un tiempo, constituir un paisaje ideal o una cárcel. Esa gran diversidad de miradas hacen que por estas páginas desfilen autores tan dispares como Dostoievski, Walser, Tsvietaieva, Hemingway, Santoka o Maupassant.