Este libro transporta al lector a la Amazonia (desde Brasil hasta Perú) y a China. Poco parecen tener en común, salvo que actualmente están situadas en los dos extremos de la economía emergente del mundo ,a un lado una enorme mina de materias primas, y al otro una inmensa fábrica, y que durante mucho tiempo han sugerido al mundo occidental dos espejismos opuestos: el de la naturaleza virgen y el del Estado absoluto. Ambos extremos aparecen estrechamente unidos por la mirada sin prejuicios y llena de pasión por lo nuevo de Calavia, que busca dar testimonio del encuentro con distintas sociedades, culturas o etnias, y, en el fondo, comprender el alma humana. Como el mejor modo de viajar consiste en distanciarse de los tópicos, el autor nos muestra imágenes insólitas: hoteles improvisados en medio de la jungla o estanques de carpas de colores en los templos, rumores sobre traficantes y biopiratas o novelas de la dinastía Ming, memorias fabulosas del boom del caucho o la transformación de la revolución en kitsch. Y así nos muestra que, aunque los indios siempre fueron considerados como un símbolo del hombre libre y los chinos de la esclavitud, unos y otros tienen aún muchas cosas nuevas que decirnos.