'La primera entrega de Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, en 1977, supuso un énfasis nuevo, el paso más allá de un proyecto que parecía imposible radicalizar. Y una síntesis, también. En la máscara mayor del Cristo de Elqui comparecen lo lírico y lo prosaico, el mito y su instantánea degradación. El poeta y el antipoeta luchan, ahora, en el interior de un mismo ego. ¿Necesitaba, Parra, una máscara para escribir en dictadura? ¿No publicó también a rostro, digamos, descubierto poemas tanto o más explícitos? La máscara está desde un comienzo en la antipoesía. Y cubrirse la cara es una manera de mostrarla. Con el Cristo de Elqui como vocero, la obra de Parra se libera definitivamente de la literatura'. Alejandro Zambra (autor del prólogo)