Hay problemas ubicados en las fronteras que separan las disciplinas histórica y socialmente reconocidas. Están condenados a ser abordados casi siempre desde ópticas parciales y recíprocamente incompatibles. La determinación natural es uno de ellos. ¿Por qué el mundo es cómo es? ¿Por qué se originó de una manera y no de otra? ¿Qué dirección sigue su evolución? ¿Podría haber sido todo de otra manera? Tanto los filósofos como los científicos han hecho muchas propuestas para responder a estas preguntas. Barajan los conceptos de causa, ley, azar, simetría, fin, contingencia, necesidad, emergencia, reducción, complejidad, determinismo, indeterminismo y otros más. El trabajo realizado es admirable, pero se echa de menos una síntesis para dar cuenta de lo que sabemos y detectar lo que nos falta por averiguar. Este libro conjuga en pie de igualdad la perspectiva científica y la filosófica para ofrecer una panorámica global. Expone además con algún detalle las discusiones que siguen abiertas. Evita el uso de terminologías especializadas y la presunción de conocimientos previos en el lector, pero tampoco cae en trivializaciones ni se conforma con esbozar una vulgarización descomprometida de la cuestión de fondo.