Cuando el mundo podía dividirse en dos bandos y la guerra fría acaparaba los titulares de los periódicos, un personaje literario de singular trascendencia daba sus primeros pasos. Su autor, Ian Fleming, le bautizó con el nombre de James Bond, pero su denominación clave es 007, agente especial al servicio de Su Majestad británica. El cine no podía dejar escapar tan jugoso material, y de la mano de una avispado productor llamado Albert R. Broccoli nació el personaje cinematográfico más importante de las últimas décadas, un nuevo héroe que con el paso del tiempo ha llegado a convertirse en un fenómeno sociológico sin precedentes en la historia del cine. Ninguno de los elementos que forman parte del universo de James Bond quedan fuera de este libro, en el que se incluyen infinidad de anécdotas, curiosidades, y un capítulo dedicado a Ian Fleming y otros dedicados a las chicas, los vilanos, las bandas sonoras, los gadgets. Imprescindible para cualquier cinéfilo o fan de la cultura popular del siglo XX y XXI. Porque, como todo el mundo sabe, las aventuras del agente con licencia para matar son como los diamantes: para la eternidad.