Históricamente se ha obligado a los alumnos de las clases de histología a dibujar la imagen vista a través del microscopio a fin de proveer al instructor de histología una oportunidad para comentar el dibujo y correlacionarlo con los conocimientos del estudiante. Sin embargo, en esta era de avances rápidos en biología celular y molecular, genética, tecnologías educativas nuevas, currículos integrados de progreso acelerado e interacciones docente-alumno reducidas, esto se ha convertido en una práctica olvidada. En forma repetida nos encontramos con estudiantes que tienen problemas con la sobrecarga de información: es entonces cuando la visualización se torna cada vez más importante. Es bien sabido que la cognición, de acuerdo con la teoría de la codificación dual, comprende la actividad de dos sistemas bien definidos: un sistema verbal, correspondiente a aportaciones textuales o auditivas, y un sistema no verbal (aportaciones de imágenes). Cuando estas aportaciones se procesan en forma simultánea tienen un efecto aditivo sobre el aprendizaje o el recuerdo de la información aprendida. La idea de vincular imágenes histológicas (hoy en día obtenidas con el microscopio o un ordenador, mediante el uso de sistemas de microscopia virtual) con una interpretación sencilla justificó la creación del Atlas de Histología Descriptiva. La adición de color y los avances tecnológicos en obtención de imágenes digitales de alta resolución a partir de preparados histológicos antiguos ayudan a que el lector alcance este objetivo original. Con un lenguaje claro y sencillo se convertirá en una guía indispensable para estudiantes, profesores y todos aquellos interesados en el estudio de los tejidos humanos.