Esta monografía de Hauriou, publicada en 1912, se incardina entre los interesantes ensayos de la primera época de su producción intelectual, que abarca hasta la gran guerra europea y en la que sus escritos son particular expresión de un jurista libre e independiente, dotado de singular formación filosófica y sociológica. Este trabajo ofrece, en cierta medida, una fotografía instantánea de cómo veía su autor la cuestión de la soberanía nacional cuando la escribe, poco antes de estallar la Primera Guerra Mundial, momento en el que ya es consciente de los peligros que conllevaba el despliegue del mito de la soberanía nacional, y constituye un esfuerzo honrado por elaborar una teoría compleja sobre el tema más difícil de cuantos componían por entonces el mapa de la historia de las ideas políticas y de los fundamentos del Derecho público. En ella laten las conclusiones de un constitucionalista liberal que dedicó gran parte de su vida a reflexionar sobre el modo de asegurar que el poder político respete las libertades y derechos de las personas.