El manuscrito que aquí se edita fue utilizado por los franciscanos en el siglo XVIII para crear una historia piadosa sobre el origen de la ciudad de Querétaro, del Colegio Apostólico de Propaganda Fide y de la cruz de piedra que se venera en su iglesia. Ha sido también fuente de inspiración para los otomíes del Bajío, para quienes las tradiciones sobre su participación en las Guerras Chichimecas son un factor básico de identidad étnica.