Con la publicación de la Anunciación a María se recupera un texto que obtuvo un gran éxito en 1914 y que hoy ha caído prácticamente en el olvido. El tema del misterio dramático es el amor: el amor que general lo humano según su dimensión total, el amor que genera la historia, que genera la personal en cuanto generadora de pueblo. Violaine, protagonista de la obra, encarna el amor que abraza todo lo que sucedió a su alrededor. Es la mujer sencilla que acoge lo que Dios ha preparado para ella: «También yo conocí la alegría hace ocho años y mi corazón quedó cautivo, / Tanto que pedía locamente a Dios, ¡ah!, que durara sin nunca cesar. / ¡Y Dios me ha extrañamente escuchado! ¿Acaso mi lepra sanará? no, mientras haya una parcela de carne mortal para devorar. / ¿Acaso el amor de mi corazón sanará? Jamás, mientras exista un alma inmortal para alimentarlo. (...) El amor engendra el dolor y el dolor engendra el amor. / La madera, al quemarse, no sólo dda ceniza, sino también llama».