"Diplomáticos sin fronteras", "ONU del Trastevere", "Pan y amistad". En Roma, un viejo convento del Trastevere da nombre a la Comunidad de San Egidio, que se ha convertido para muchos en sinónimo de diálogo, diplomacia y, a veces, de "paz imposible". Pero San Egidio es sobre todo otra manera de decir amigos de los pobres, de los vagabundos, de los ancianos, de los inmigrantes, de los gitanos, de los enfermos de SIDA, de los desesperados. En la Iglesia católica es una asociación pública internacional de laicos basada en la primacía del Evangelio y del servicio a los últimos. En el mundo es una de las candidatas al Premio Nobel de la paz. En Italia, y en muchos otros países, San Egidio representa un amor inteligente para los que no tienen nada, la elección de la cohabitación y la colaboración concreta entre creyentes de diferentes países. Cristianos que no se resignan ante la injusticia, ante la tentación de intolerancia y de reclusión: desde las bidonvilles de Buenos Aires hasta el puerto de Amberes, desde los campos de prófugos en Zaire hasta los desiertos humanos de la ex Unión Soviética. La paz en Mozambique tras dieciséis años de guerra civil, la continuación de las conversaciones que han llevado la paz a Guatemala tras más de treinta años de guerra, y el difícil intento de conseguir una salida política, no violenta, para la crisis en Argelia, han hecho "descubrir" esta realidad. Pero tan sólo es el aspecto más "mediatizado". ¿Cómo se concilian diplomacia y oración, palabra de Dios y apertura al mundo, compromiso civil, solidaridad con los pobres y vida diaria? ¿Qué significa ser "San Egidio"?. Gracias a este libro es posible, por vez primera, hacer un viaje con amplitud de miras, lejos de convencionalismos, junto a Andrea Riccardi, que en estas páginas ofrece su testimonio original y profundo, unido desde hace treinta años a la aventura inacabada de San Egidio. Aquella aventura que Riccardi empezó con algunos compañeros de instituto en un año un poco especial: 1968.