En este libro, Martin Heidegger plantea los lineamientos de una experiencia histórica distinta de la que hasta entonces se había concebido: la del tiempo fenomenológico como sentido decisivo de la historia. Es esto lo que Heidegger pretendía en estas páginas, al abordar desde una perspectiva fenomenológica el libro X de Las Confesiones de San Agustín. Su disertación, empero, inicia con la exposición y discusión de las interpretaciones del pensamiento agustiniano hechas por Troeltsch, Harnack y Dilthey. De acuerdo con Heidegger, al no considerar al tiempo fenomenológico, estas posturas disuelven lo histórico con sus planteamientos intemporales y, por lo tanto, su objetividad científica se vuelve cuestionable. De tal forma que impiden al hombre concebirse como ser histórico al que, por tanto, la historia afecta