La historia arranca a raíz de unos cuadernos de nácar encontrados por la tataranieta de la protagonista, es decir, de Elisa del Castillo. La adolescente, fascinada por esos cuadernos en los que Elisa vertió su infortunada historia, sirve de guía al lector para introducirlo en el peculiar mundo de esa poetisa fustrada y su amor apasionado por un poeta "de cierta fama" llamado Gustavo Adolfo Becquer.