La película de mayor éxito y proyección internacional del cine cubano, Fresa y chocolate (1993), ha sido leída en muchas ocasiones como reivindicación de una actitud tolerante hacia los homosexuales. En este libro se defiende la tesis de que esta visión no es más que un caso particular de una propuesta de tolerancia entendida de forma más general, y muy fundamentalmente política. Éste es un filme que supone un pilar básico para un futuro entendimiento entre cubanos de dentro y fuera de la isla.