«El erudito Montague Rhodes James (1862-1936), preboste del Eton College, arqueólogo de renombre y reconocida autoridad en manuscritos medievales e historia de las catedrales, siguiendo su vieja afición a contar relatos de fantasmas durante las Navidades, se ha convertido poco a poco en un cultivador de primera fila de la literatura espectral, y ha llegado a servir de modelo a una larga serie de discípulos». Así presenta otro genio del terror, H.P. Lovecraft, al indiscutible maestro del relato de fantasmas victoriano M.R. James. Para James, el relato de fantasmas era todo un arte y debía ajustarse a tres normas esenciales: la historia debe tener un marco moderno, para acercar la experiencia al lector, los fenómenos espectrales deben ser malévolos más que beneficiosos, pues se busca provocar el miedo, y debe evitarse escrupulosamente la jerga técnica del «ocultismo» con objeto de no ahogar la emoción directa que suscita la historia. De los relatos que componen este volumen, Historias de fantasmas de un anticuario, comenta James que «El álbum del canónico Alberico» lo escribió en 1894 y lo publicó la National Review, «Corazones perdidos» apareció en Pall Mall Magazine, y que de las cinco historias restantes la mayoría las leyó a los amigos en Navidades en el King?s College de Cambridge.