No me refiero a que la libertad sea el mayor de todos los bienes, apunta Bertrand Russel (1872-1970) en las páginas de este libro fascinante, sino a que las mejores cosas, como la creatividad artística, el amor o el pensamiento, tienen su origen en ella. Escrito en plena Primera Guerra Mundial, poco antes de que su autor fuera encarcelado por sus postulados pacifistas, Caminos de libertad recorre con pasos críticos y esperanzados las tres grandes corrientes ideológicas,el socialismo, el anarquismo y el sindicalismo, que a principios del siglo XX prometían conducir por derroteros muy distintos la historia de la humanidad. No satisfecho del todo con las tesis de Marx y Bakunin ni con las de los sindicalistas, Russell desarrolla su propia visión del mundo como podría construirse. La necesidad de conjugar al máximo la libertad y la justicia económica se enriquece con la reivindicación de un mayor goce de vivir frente a la la triste tragedia cotidiana de la vida moderna.