Tras habernos contado el reencuentro con su familia y sus raíces africanas en Amanecer en el desierto, ahora conoceremos las vivencias de la infancia y adolescencia de Waris. Este relato se inicia en el inhóspito desierto africano, donde Waris, hija de una familia de nómadas, pasa sus años de infancia; su vida cotidiana transcurre entre los quehaceres diarios, la búsqueda de pastos para los animales y los juegos con otros niños. La pequeña Waris pasa el período más feliz de su vida en Somalia, rodeada por sus padres y hermanos; todos viven al ritmo del sol y la naturaleza, dejando pasar los días. Sin embargo, su inocencia queda truncada cuando a los cinco años le practican a Waris el rito de la ablación, que había visto realizar muchas veces a otras niñas de la familia. Waris no podía ni imaginarse las terribles consecuencias que dejaría en ella esta traumática experiencia. Pero nunca más volvería a someterse a las tradiciones familiares; cuando más adelante su padre pretendió casarla con un hombre mucho mayor que ella a cambio de unos cuantos camellos, no dudó un instante en abandonar a su familia. Sola, sin medios de ninguna clase, con apenas trece años decide escapar hacia un destino totalmente incierto... «Su vida parece arrancada de una novela, y es a la vez terrible y esperanzadora.» El País