«Un «roble de Goethe», conocido en todo el lugar, fue respetado piadosamente por la SS durante la tala [del monte Etter, en Weimar], y se determinó que constituyese el punto central del campo [de Buchenwald]. (Como puede verse, tanto en lo grande como en lo pequeño, siempre lo mismo: sentimiento y villanía, sentimentalismo y brutalidad, romanticismo cultural y barbarie pacíficamente hermanados.)» EUGEN KOGON Buchenwald fue el primer gran campo de concentración alemán que cayó intacto en manos de las tropas aliadas. Los servicios de inteligencia solicitaron entonces un amplio informe sobre la organización de esta «institución», el papel que desempeñaba dentro del Estado nacionalsocialista y la suerte que habían corrido sus reclusos bajo el mando de la SS. La tarea se encomendó a Eugen Kogon, un publicista y sociólogo, experto en ciencias políticas, que había sido encarcelado por la Gestapo en 1938 y que llevaba seis años prisionero en Buchenwald. El informe fue refundido poco después en un libro, El Estado de la SS, que, desde su publicación en 1946, se convertiría en una obra de referencia, utilizada en los juicios de Nuremberg, y desde entonces continuamente reeditada, en ocasiones corregida y aumentada por su autor. «Como hombre, como cristiano y como político -declaraba Kogon en el Prólogo-, tengo además a mi favor la justificación del psiquiatra y del patólogo: éstos también desnudan el mal sin contemplaciones para que sea conocido, si es posible, curado y, en casos futuros, evitado.» El Estado de la SS es una radiografía del sistema del terror nazi, hecha con un rigor que no excluye la indignación, el sarcasmo ni la esperanza, y que hoy no es sólo valiosa por su inmediatez histórica sino por su análisis certero y su experiencia irrefutable.