La tesis que sustenta este libro es que el ser humano es un animal joven, buen ingeniero pero mal compañero. Sus problemas le vienen por no haber encontrado la misma forma de mirar ni, en consecuencia, la misma vara de medir al prójimo como a sí mismo, de ahí el gran sufrimiento que introduce sobre la faz de la tierra. A pesar de todo, la antropología que se dibuja en esta obra rezuma esperanza por los cuatro costados.