"A lo largo de la Edad Media se fue configurando uno de los espacios más significativos de la arquitectura occidental: el monasterio. El monasterio se constituyó como un microcosmos, autosuficiente y aislado del tráfago mundano, donde unos hombres organizaban su vida enfocándola hacia la meditación, el trabajo y la alabanza a Dios. A partir de sus orígenes en los primeros tiempos del medievo, la funcionalidad característica de la arquitectura monástica se fue adecuando a la ""modernidad"" técnica y estilística de cada momento; en sus claustros nos es posible contemplar muchos de los más grandes hitos de la Historia del Arte y de la Arquitectura."