Esta obra de Argan es un punto de referencia obligado para todos aquellos que quieran acercarse a la figura del máximo protagonista de la renovación de la arquitectura moderna en Europa. La Bauhaus, la escuela de arte que Walter Gropius ideó y dirigió entre 1919 y 1933, fue el instrumento de una valerosa reforma que pretendía vincular la «creación» artística con el mundo de la producción y, de este modo, conferir al arte un verdadero protagonismo social.