Fue Heráclito quien dijo «Carácter es destino», y llevaba razón. Daniel Basanta es raro. Raro para sí mismo y raro para los demás. Rara es su familia, y su país es más que raro. Raras son su educación moral y sentimental. Raras son sus obsesiones: la máquina de millón Surf-Party y la conga. Raras son sus continuas fugas de casa y de la realidad. Rara es su relación con las chicas. Raras son su tristeza y su alegría. También es muy raro hallar tanto sentido común y las raras consecuencias de ejercerlo. Su destino no es nada raro. Esta novela rebosante de comicidad y dolor es la historia de los raros de este mundo, la nuestra. Un abuelo excéntrico y dudosamente cosmopolita, Mujeres-Tachán y Hombres-Tachán, aquella morenita del grupo infantil Los Gominolas, un padre bebedor ahogado en las circunstancias, el legendario Mike «Da Cat» Dora, unos niñatos que anuncian la fría mezquindad de todo, el hombre que quiere matar a «El Pecos», misteriosas llamadas telefónicas, un león que huele a muerto, algunas vacas, tres modernos y un par de curas forman el elenco de esta novela, que, como cualquier otro espejismo de eso que llaman realidad, se nos antoja de iniciación para revelarse finalmente como una culminación.