¿Puede alguien que acepta la teoría darwinista de la selección natural suscribir a su vez las afirmaciones básicas del cristianismo? Esta es la pregunta que se lanza en estas páginas al centro del debate existente sobre la relación entre ciencia y religión y, en particular, entre esa forma de biología evolucionista llamada darwinismo y los principios básicos de la fe cristiana.En un momento en el que los continuos avances de la ciencia en materia de biología y neurología ponen inevitablemente en tela de juicio los dogmas religiosos y dan lugar a obras tan polémicas como The God delusion, de Richard Dawkins (de próxima aparición en España bajo el título El espejismo de Dios), esta obra de Michael Ruse nos ofrece una alternativa conciliadora. Con una perspectiva equilibrada sobre el tema mediante la cual realiza un serio análisis en el que, además de abordar figuras destacadas como el anteriormente mencionado Richard Dawkins y Stephen Jay Gould por la parte de la ciencia o Arthur Peacocke y Robert J. Russell por la parte de la religión, sopesa en detalle las afirmaciones del neocreacionismo y revela algunos paralelismos sorprendentes entre los materialistas darwinianos y los pensadores tradicionales como san Agustín. Escrita con un estilo dinámico libre de tecnicismos, esta obra resulta accesible tanto a lectores especializados como al público general que busca una guía sensata y con fundamento a un debate candente.«El libro de Michael Ruse es una increíble aportación a la bibliografía sobre este tema. Sorprende por lo arriesgado de su tesis. En lugar de apoyar el acomodaticio punto de vista de Gould según el cual religión y ciencia están claramente diferenciadas pero son complementarias, Ruse, un filósofo e historiador de la ciencia, sostiene que existe al menos una forma de ciencia (el darwinismo) y una forma de religión (el cristianismo) que se reafirman la una a la otra.»Jerry Coyne, London Review of Books«Mediante un razonamiento intenso y continuado sobre una serie de temas el origen de la vida, el alma, el diseño inteligente, los milagros, el dolor, la ética, el darwinismo social, etc. [Ruse] se las arregla para arrojar luz sobre la complejidad de las cuestiones, a la vez que sugiere cómo pueden conciliarse puntos de vista diferentes. La comprensión, la claridad de exposición, la imparcialidad y el tono desenfadado con que Ruse trata el asunto lo convierten en un ejercicio verdaderamente estimulante.»John Habgood, Times Literary Supplement