Hay personas a las que, en un cierto momento de su vida, les entra un deseo irreprimible de conocer a su padre o madre, que saben que están vivos, pero a los que nunca han visto, y no descansan hasta que consi-guen contactar con ellos. La pretensión de esta obra se parece un poco a eso. Con el autor salimos en busca de nuestro Padre común, que sabemos está vivo, pero al que nunca hemos conocido en persona y no precisamen-te por su culpa.