«Viajera inmóvil, padecí junto con Álvar Núñez Cabeza de Vaca los avatares de sus dos aciagas expediciones al continente americano. Fantaseé con seguirle las huellas algún día, excusando en lo posible los naufragios, las hambrunas y esclavitud que refiere en Naufragios: crónica de su expedición a la Florida desde que salió del puerto de Sanlúcar en junio de 1527 hasta que pudo regresar a la Península en agosto de 1537». En el verano de 2004, Eloísa Gómez-Lucena se aventuró a realizar un viaje de reconstrucción del itinerario de Cabeza de Vaca por el sur de Estados Unidos y el norte de México. Tuvo su dosis alícuota de calamidades, si bien nada semejantes a las del explorador jerezano. Ni descalza ni desnuda anduvo por ese territorio, es cierto. Ni frío glacial ni esclavitud. Pero también soportó tempestades, mosquitos voraces y gazuza. Tras el rastreo de los lugares donde Cabeza de Vaca sobrevivió heoricamente durante ocho años, la investigación de los personajes principales de la expedición y su análisis de las enfrentadas teorías acerca del itinerario vieron la luz en el ensayo histórico La odisea de Cabeza de Vaca. Ahora, presenta el relato de sus peripecias en aquel verano americano desde Tampa hasta Culiacán.