A mediados de la década de los setenta, cuando en España la democracia daba sus primeros pasos. Su lectura nos sumerge en un fuerte y fascinante contraste entre dos territorios muy dispares y las costumbres de sus gentes. Al protagonista, un joven que casualmente hace amistad con un grupo de chicas yugoslavas, le conceden una beca como lector de filología en Belgrado; allí conocerá un mundo muy diferente al que tenía en el Madrid y la Salamanca de 1978.