Las personas jurídicas, y no solo las personas naturales, pueden ocupar el cargo de administrador en las sociedades de capital. En España, esta posibilidad se contempla en el artículo 212.1 de la Ley de Sociedades de Capital donde, por influencia del modelo francés, se exige que el ente gestor designe a una persona física como su representante permanente para el desempeño del cargo (art. 212 bis LSC), respondiendo ambos de forma solidaria (art. 236.5 LSC). La presente obra, consagrada al estudio del régimen jurídico de esta institución, analiza los efectos del nombramiento de personas jurídicas como administradores y sus potenciales aplicaciones en el tráfico actual. En ella, la autora explica el origen histórico de la figura, dando cuenta de su evolución en el Derecho europeo y comparado, donde se distinguen diferentes alternativas regulatorias. A partir del régimen legislado y de las influencias foráneas, la obra construye con detalle el régimen jurídico del administrador persona jurídica, desde su nombramiento hasta la extinción de su mandato, incluyendo las especialidades que su presencia introduce sobre el funcionamiento de la compañía capitalista. También se aborda el régimen de deberes fiduciarios, así como el significado y alcance de la responsabilidad solidaria a la que el ente administrador y su representante quedan sometidos. La monografía dedica atención particular a la naturaleza y estatuto del representante permanente, a quien corresponde desempeñar las tareas propias del ejercicio del cargo.