Este libro estudia los populismos en las Américas y Europa. A lo largo del texto se argumenta que hay que tomar en serio las críticas populistas a las democracias excluyentes y que el populismo no es ajeno a la democracia sino que es parte constitutiva de ésta. También se ilustra con ejemplos históricos que las soluciones que proponen los populistas reducen la complejidad de la política a la lucha entre dos campos antagónicos. Obligan a tomar partido entre una opción vista como la encarnación de los verdaderos intereses populares y la otra como la que representa los intereses de la oligarquía y de las castas. Pese a sus críticas válidas a las exclusiones de la democracia elitista y de sus promesas de devolver el poder al pueblo, una vez que los populistas llegaron al poder deformaron la democracia transformando las elecciones en la aclamación plebiscitaria del líder, atacando a los medios críticos que garantizan el pluralismo de opiniones y restringiendo las actividades de las organizaciones críticas de la sociedad civil como las ONGs y los movimientos sociales.