En La criminalización del pensamiento Marcos Roitman nos descubre cómo se articula la represión del pensamiento en las sociedades contemporáneas. En nuestro tiempo ya no tienen buena prensa las torturas, las deportaciones, las ejecuciones públicas... Sin embargo, el sistema disfruta de una legitimidad sin parangón en la historia, y sus mecanismos de dominación se aceptan de forma acrítica. La servidumbre voluntaria es el eje de la obra de Roitman, de la misma forma que es el eje de la vida diaria de la mayoría de los ciudadanos occidentales. Cada vez estamos más cerca del mundo feliz que describe la célebre distopía de Huxley, un mundo conformista en el que los hombres, supuestamente empoderados, son los únicos responsables de lo que sucede a su alrededor. Frente a ello, el verdadero pensamiento crítico, aquel que pretende romper con el statu quo, es silenciado, obviado y, si trascende ciertos umbralese, duramente criminalizado.