Refugiados desde Europa, Asia, África y América, decenas de miles de exiliados encontraron en la Monarquía Hispánica su tierra de promisión entre los siglos XVI y XVIII. Príncipes destronados, soldados que querían seguir su combate, comerciantes que buscaban ampliar horizontes, campesinos y esclavos que huían de sus señores, gentes ordinarias que defendían su forma de ver el mundo, musulmanes que buscaban protector, católicos que reclamaban la libertad de conciencia
Sus orígenes, cronologías y motivaciones eran múltiples, como también lo fueron sus experiencias del destierro y la acogida que recibieron en España.