Nunca sabremos de qué hablaban Melville y Hawthorne cuando quedaban a fumar y beber brandy hasta bien entrada la noche, pero se conservan estas cartas escritas entre enero 1851 y diciembre de 1852, en las que Melville comparte con su amigo ideas e inquietudes sobre la composición de Moby Dick, la verdad en la literatura, la providencia, el éxito, la fama