El 22 de Junio de 1936, día en que murió asesinado por un estudiante en la escalinata de acceso a la Universidad de Viena, Moritz Schlick tenía que haber dictado la última clase de un curso de filosofía de la naturaleza. Aquel primer día del verano de 1936, sus alumnos le aguardaban en la universidad. No podemos saber con exactitud qué habrían escuchado y cómo hubiera transcurrido la última clase del curso. Afortunadamente, sí conocemos lo que ya habían aprendido; y eso es lo que recogen estas páginas.