Algunas noches a Finn se le aparece un fantasma en su habitación. Pero en vez de asustarse, decide enfrentarlo valerosamente. Para ello, se imagina que ese ser espectral se vuelve mucho más pequeño, que tiene unos divertidos ojos saltones, una flor en la nariz y estrellitas por todas partes
Así es como Finn convierte al horrible fantasma en un adorable muñeco de trapo que le sirve de almohada. Estos versos fáciles de recordar son un recurso ideal para que los niños no tengan miedo de los fantasmas nunca más. Óyeme bien fantasma horripilante Y para que los sepas, de ahora en adelante, Tú a mí no me asustas más Pues soy todo un valiente, ya verás.