¿Merecen los tiranos que se les inmortalice en libros? La verdad es que no; por eso tratan ellos de inmortalizarse a base de monumentos, panoplias y desmanes». Con estas palabras arranca José Manuel Lechado su Diccionario de tiranos, una obra para poner en su sitio a esa ralea de canallas que con su desgobierno ha enturbiado y enturbia aún hoy el devenir de la Historia. Una Historia de más de 6.000 años en la que el factor común ha sido, por desgracia, la proliferación de gobernantes nefastos. Criminales unos, ladrones otros, viciosos unos cuantos y otros muchos mojigatos, si algo tienen en común los tiranos que los defina es, parafraseando al rey Alfonso X, «que vuelven torticero lo que era ajustado a Derecho». En las páginas de este Diccionario de tiranos José Manuel Lechado nos muestra, con un lenguaje ágil pero riguroso, las ocurrencias de una auténtica casta de sinvergüenzas: las orgías de Heliogábalo, las pilas de cabezas cortadas de los reyes asirios, la brutalidad del shogunato Tokugawa, las obsesiones de la monarquía universal española, la falsa austeridad de caudillos y espadones, la injusticia del apartheid, las masacres de Hitler y Stalin, entre otros «ideólogos», o las extravagancias de sátrapas, reyezuelos y dictadores desde el advenimiento de la civilización hasta ahora mismo. Y también la advertencia de un peligro: la deriva de la democracia hacia posiciones autoritarias y controladoras que podrían arrastrar —ya lo están haciendo— al mundo a un nuevo periodo de oscuridad. Diccionario de tiranos no es sólo una colección entretenida e instructiva de anécdotas jugosas, pintorescas o sangrientas: es un aviso para el lector inteligente.