Cuando no se escuchan las voces femeninas el mundo deja de ser un lugar seguro, los países en los que está prohibido que las mujeres hablen son un constante campo de batalla. No es sólo un problema escénico, cuando exigimos ser escuchadas no nos guía la vanidad ni el ego, nos guía la certeza de que el mundo es peor sin nosotras. En todos los sentidos y en todos los ámbitos. En este clima de profunda desigualdad de género, a Jess Eisenberg, una dramaturga de Alabama, se le ocurre una idea, que dramaturgas del mundo escriban 365 obras al año sobre mujeres importantes en la historia. 365 nuevos textos al año en los que las protagonistas son mujeres y no están ahí para sostener personajes masculinos. Papeles protagonistas para las actrices. Promoción internacional para las dramaturgas. Las obras de este proyecto están teniendo un impacto histórico en la escena global. 365 WAY modifica el panorama escénico mientras crea riqueza cultural y económica. Ya va camino de su cuarta edición. Multiplica.