Nuestra idea de lo que es una aldea se corresponde poco con la realidad, pues en general es el producto de vivencias infantiles y juveniles o se ha quedado estancada en lo que eran los pueblos en los años sesenta del siglo pasado. Adolfo García escribe este libro para comprender qué es hoy un pueblo, para constatar cuánto y cómo han cambiado y, sobre todo, para reivindicar la necesidad por el bien de todos de mantener esa forma de poblamiento y sociabilidad que eran las aldeas y que está casi perdida. El libro también hace propuestas de futuro. No solo estudia el ayer y el hoy de las aldeas. Además reflexiona sobre qué merece la pena mantener de la tradición y qué cambiar adaptándose a los nuevos tiempos. Para lograr su supervivencia es imprescindible conjugar tradición con modernidad, valorar la figura del paisano y, por encima de todo, lograr que la mujer ocupe un lugar digno e igualitario en la sociedad rural.