Las ciudades son los motores de las economías de los países y proveedoras de bienes y servicios públicos decisivos para el bienestar y la cohesión social de sus habitantes y visitantes. El crecimiento de las ciudades de forma más o menos ordenada y planificada genera múltiples retos a todos, en especial, a quienes la gobiernan y administran. Las necesarias mejoras de eficiencia en la gestión de los servicios públicos de carácter urbano; de la calidad del entorno; de la movilidad de personas y mercancías (logística); del atractivo para emprendimientos y actividades económicas; y de la consideración de la opinión de los ciudadanos en la toma de decisiones que atañen a la ciudad, cuentan con un aliado fundamental: las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).