Explorar las dimensiones de la espiritualidad, la religión y la ética en tiempos de incertidumbre puede parecer una osadía, una provocación o un sinsentido. Sin embargo, en tiempos recios, cuando más expuesta aparece la fragilidad humana y social, hay que intentarlo. Los autores que aparecen en este texto tratamos de bucear en las oportunidades y desafíos que plantea un tema transversal en estos momentos. No pretendemos resolver todas las cuestiones que se entrelazan en este escenario de crisis, pero no renunciamos a plantear aquellas que no están en las primeras páginas de los diarios o en los titulares de los informativos. Hay más temas que la economía implicados en el actual contexto personal y social. Estas páginas intentan abordar lo previo, los puntos de partida, desde varios escenarios. Son cinco los ámbitos que se tienen en cuenta. En primer lugar, el mundo de la ética y la religión ante la incertidumbre. En un segundo momento se aborda la espiritualidad como sustrato sustentador para tiempos de intemperie. El cultivo de la inteligencia espiritual, en tercer lugar, como competencia y capacidad de cada cual para situarse, estar y permanecer en la realidad. El sufrimiento siempre está presente, por eso merece la pena, en cuarto lugar, saber qué dicen las diferentes tradiciones religiosas ante el mismo. Por último, la vida moral no está exenta de conflictos, si quiere de veras ser moral, y hay que entrenarse en su abordaje.