Sin ser observados, jóvenes encapuchados siguen a las geishas en su camino a las casas de citas." En 1920, el barrio de Asakusa representaba para Tokio "Lo que Montmartre habla sido para París en 1890 y lo que Times Square sería para Nueva York en 1940. Un lugar que permitía el anonimato, la libertad, la deriva; un lugar donde la vida fluía por todas partes, Lleno de placeres, sexuales y sociales. La pandÍlla de Asakusa captura el encanto decadente de ese distrito de teatros de revistas, bares de jazz y burdeles, arquitectura modernista y cines destartalados. Comparada con Dublineses de James Joyce y BerlÍn Alexanderplatz de Alfred Dóblin, esta novela de Yasunari Kawabata retrata la energía desbordante de Asakusa mediante la crónica, el relato popular, las escenas callejeras y un ritmo cinematográfico. Diferente de su obra posterior, se pueden reconocer, sin embargo, ciertos motivos propios: el erotismo, la venganza amorosa, el influjo envenenado de Occidente. Testimonio impar del choque de las tradiciones milenarias de Japón con el florecimiento de la ciudad moderna, La pandilla de Asakusa confirma el carácter universal de uno de los artistas más eminentes del siglo XX.