Al mercado de Gavirate van a parar ciertos hombrecillos que venden de todo, y no hay lugar donde hallar profesionales más entendidos en el negocio de la venta que ellos. Un viernes apareció por allí un tipo que vendía cosas raras: el Mont Blanc, el Océano Índico, los mares de la Luna; tenía tanta labia que una hora después no le quedaba más que la ciudad de Estocolmo. La compró un barbero, a cambio de un corte de pelo y una fricción con colonia. Un álbum ilustrado sobre un cuento de Gianni Rodari.