El arte de Antonio Suárez aplicado a la arquitectura cataloga y estudia las obras de este artista asturiano vinculadas a proyectos colectivos que unieron la creación plástica con la arquitectura durante las décadas de 1950 y 1960. Esta labor forma parte de un importante legado artístico e ideológico, ya que en aquel momento estaba vigente la utopía que consideraba a la arquitectura y el urbanismo como motores del cambio social. En este sentido, resulta significativa la unión de los proyectos de Ignacio Álvarez Castelao (1910-1984, titulado en 1936) y José Luis Fernández del Amo (1914-1995, titulado en 1942), deudores del movimiento moderno, con la expresión plástica de Antonio Suárez (Gijón, 1923), componente del grupo El Paso, introductor del arte de vanguardia en la España de los años cincuenta. A pesar de la fuerte individualidad que se percibe en los óleos de Antonio Suárez, en el caso de las piezas concebidas para su aplicación arquitectónica esta característica se atenúa en favor de un propósito conjunto. El estudio de la obra mural del artista pone de manifiesto, además, procedimientos y estilos poco conocidos en su trayectoria, lo que da como resultado un conjunto de gran riqueza formal e iconográfica.
El arte de Antonio Suárez aplicado a la arquitectura cataloga y estudia las obras de este artista asturiano vinculadas a proyectos colectivos que unieron la creación plástica con la arquitectura durante las décadas de 1950 y 1960. Esta labor forma parte de un importante legado artístico e ideológico, ya que en aquel momento estaba vigente la utopía que consideraba a la arquitectura y el urbanismo como motores del cambio social. En este sentido, resulta significativa la unión de los proyectos de Ignacio Álvarez Castelao (1910-1984, titulado en 1936) y José Luis Fernández del Amo (1914-1995, titulado en 1942), deudores del movimiento moderno, con la expresión plástica de Antonio Suárez (Gijón, 1923), componente del grupo El Paso, introductor del arte de vanguardia en la España de los años cincuenta. A pesar de la fuerte individualidad que se percibe en los óleos de Antonio Suárez, en el caso de las piezas concebidas para su aplicación arquitectónica esta característica se atenúa en favor de un propósito conjunto. El estudio de la obra mural del artista pone de manifiesto, además, procedimientos y estilos poco conocidos en su trayectoria, lo que da como resultado un conjunto de gran riqueza formal e iconográfica.