En este libro se lleva a cabo una crítica demoledora e implacable, como no se había realizado hasta ahora, del psicoanálisis freudiano considerado como institución. Lo que esta institución hubiera hecho es incidir en el estado de desmoralización característico de determinados individuos que resulta de su vida comunitaria y familiar desarraigada hasta el punto de conseguir reproducir y sellar irreversiblemente dicha desmoralización haciendo que estos individuos queden eximidos de todo sentido de la responsabilidad moral respecto de sus vidas. Para ello la institución dispone de un diseño supuestamente terapéutico que hace que los individuos psicoanalizados puedan incurrir en la impostura de fingir, incluso ante sí mismos, la asunción vital de una concepción radicalmente quebrada de su vida moral que es la que les permite liberarse de todo sentido de la responsabilidad. Por lo demás, esta crítica no está realizada desde las solas categorías de la Psicología o la Sociología, sino desde la Antropología filosófica, lo que supone poner a punto el sistema de ideas que permita comprender la formación histórica de dicho tipo de individuos, así como la constelación de ideas filosóficas acompasada con dicha formación histórica. Se trataría en efecto de la formación del individuo «modernista» como una inflexión característica del sujeto moderno que tiene lugar al compás de la crisis romántica de la filosofía del idealismo alemán (kantiano).